Te cuesta aceptarte, te sientes menos que los demás, te valoras y te quieres poco, tienes una imagen negativa de ti, pones las preferencias de los demás delante de las tuyas, te cuesta decir que no, tienes miedo al rechazo, eres indeciso, tienes miedo a expresar tu opinión, atribuyes tus éxitos a la suerte… si a menudo te sientes identificado con lo anterior, puede que sea una señal de una baja autoestima.
La autoestima es la forma que tienes de pensar en ti mismo de sentirte y comportarte contigo mismo. Es la imagen y valoración que haces de ti, de cómo te relacionas con los demás y de cuan digno te crees de ser querido y de recibir amor y atención por los demás.
Que tengas una autoestima sana es sinónimo de bienestar y equilibrio, y eso te ayudará a prevenir problemas psicológicos y emocionales, a afrontar y superar dificultades, además de contribuir al éxito personal, profesional y al éxito en tus relaciones.
Para querer a los demás y para relacionarte bien con ellos, primero debes quererte a ti misma/o, dado que tú eres la persona más importante en tu vida.
El objetivo del tratamiento de la autoestima, es que llegues a conseguir una autoestima realmente sana, ayudándote a disfrutar de tus cualidades y aceptar tus limitaciones desde el auto respeto y la autocompasión. Que te quieras más y mejor es el objetivo.
La intervención sobre la baja autoestima evalúa cuál es su posible origen explorando los pensamientos negativos irracionales acerca de uno mismo y modificándolos. Por ejemplo, el pensamiento “no valgo para nada” aparte de negativo, es falso, porque todos tenemos cualidades positivas y, de un modo u otro, somos útiles.